El pensamiento establece una conversación con nuestro cerebro, un diálogo interno en el que nos hablamos a nosotros mismos para analizar el momento por el que estamos pasando. Y a veces nos hablamos bien, pero otras veces nos hablamos muy mal, nos atormentamos y nos echamos la culpa de todo lo que pasa. ¿Has pensado qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos encontramos en esta conversación íntima incontrolable? Pues que liberamos hormonas que inciden directamente en nuestra salud.
¿Sabías que cuando te enfadas liberas noradrenalina, una hormona que aumenta tu presión arterial y tu ritmo cardiaco? Y sin embargo cuando sonríes disminuyes la cantidad de cortisol en sangre. Estos hechos nos conducen a una reflexión. Tu salud depende de cómo te trates a ti mismo así que tú eliges si liberas neuroquímicos beneficiosos o perjudiciales para tu bienestar.
La ciencia ha demostrado que nuestro cerebro es muy plástico y que nosotros podemos escupirlo a nuestro antojo. Tenemos que ser conscientes de este poder que tenemos porque solo así podremos huir de esos bucles de pensamiento negativo en los que a veces nos sumimos. ¿Quieres saber cómo apartar estos pensamientos obsesivos de tu mente?
Cómo debes hablarte para ser más feliz
NO TE LAMENTES
Cuando te enfrentes a una adversidad en lugar de machacarte y decirte frases como “Qué desgracia”, “Y ahora qué voy a hacer”, prueba con frases del tipo: “Todo irá bien” y céntrate en las soluciones y alternativas de las que dispones. Lamentarte solo hará que pierdas el tiempo y la energía que puedes ganar analizando la toma de decisiones.
SÉ OPTIMISTA
Usa frases de la psicología positiva como “Yo puedo con todo” para potenciar tus fortalezas. La psicología positiva pone su atención en lo que la persona está haciendo bien, estudia sus recursos para incrementarlos y potenciarlos.
FAVORECE TU AUTOESTIMA
Como lo que piensas incide directamente en tu estado de ánimo prueba a decirte frases como: “Soy valioso/a tal como soy”, “Soy profesional”, “Me quiero tal como soy”.
DI NO A LAS PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS
No hagas juicios sobre ti mismo. A veces estos juicios, aunque correspondan a falsas percepciones, condicionan tu comportamiento y acaban logrando que esa predicción se cumpla, algo que hace que repitas la misma conducta y el mismo error constantemente.
NO TE AUTOEXIJAS DEMASIADO
A veces somos demasiado duros con nosotros mismos y no nos permitimos fallar. Es muy común que, si cometemos errores, nos autocastiguemos y nos hablemos mal. ¿Te dices frases como “¡Qué torpe soy!”, “¡Soy incapaz!”, “¡No sirvo para esto!”? Pues con todas estas sentencias tu cerebro disminuye los niveles de serotonina, la hormona de la felicidad, así que evita decirte interiormente este tipo de expresiones.
EL NO, NO EXISTE
Antepón el SÍ al NO. Además, en la mente el NO funciona de una forma peculiar. Para que compruebes por ti mismo la potencia de los pensamientos, si te digo: “No pienses en un elefante rosa”. ¿A qué ha aparecido en tu mente ese elefante? Por ello es mejor que construyas tus frases en torno al SÍ.
NO MIRES AL PASADO
Nos gusta dar vueltas a los acontecimientos del pasado e incluso nos detenemos en pensar qué podíamos haber hecho para cambiar las cosas. En realidad, estos pensamientos son inútiles, porque el pasado ya no existe y no podemos cambiarlo. Por ello debes centrar tus pensamientos en el aquí y en el ahora para vivir en plena consciencia y no malgastar energía.
NO TE ANTEPONGAS AL FUTURO
Y al igual que el pasado ya no existe, el futuro tampoco, porque aún no ha llegado y no podemos controlar lo que pasará. Si instalamos nuestros pensamientos en el futuro estaremos creando falsas expectativas. Además, el futuro nos crea ansiedad e incertidumbre, por eso es mejor que te conectes con el presente para vivir en coherencia y tener una vida plena.
NO TE AUTOBOICOTEES
A veces nos colgamos etiquetas de lo que nos creemos que somos. Estas etiquetas nos frenan a la hora de lograr determinados objetivos porque creemos que no los vamos a poder conseguir. Por ejemplo, si constantemente nos decimos que somos tímidos, no nos atreveremos a reaccionar de otra forma distinta a la timidez cuando la situación lo requiera.
DATE ÁNIMOS
Apóyate, anímate, piensa que todo lo malo que pase te servirá de aprendizaje vital. Positiviza tus fracasos y conviértelos en energía al servicio de tu crecimiento personal. Entona frases del tipo: “Hice lo que pude”, “Me ha salido mal, pero lo intentaré de nuevo”, “He aprendido mucho de este error”.
Sigue estos consejos y verás cómo te liberas poco a poco de los pensamientos negativos que te generan estrés y ansiedad y no te permiten pensar con claridad. No te pondrás límites y te sentirás mucho más capaz de lograr todo lo que te propongas. En definitiva, háblate bien y serás más feliz.